Tara es en realidad una actitud, ante la vida, ante la noche. Un préstamo literario tomado de Lo Que el Viento Se Llevo, como el plantío de las vastas tierras en Georgia, donde se desarrolla la obra maestra de Margaret Mitchell.
Un lugar que siempre resultó victorioso en los tiempos más difíciles gracias a la determinación de quien lo habitaba.
Así, Tara encuentra hoy en esta historia la inspiración suficiente para convertirse en un punto de encuentro en el que tanto hombres y mujeres se vean reflejados con la noche, consigo mismos, con sus iguales y sus compañeros. Unidos a través del baile y del jubilo para celebrar la determinación; de esta forma Tara representa una actitud revelada, llena de turbulencia, carácter y arrojo, características que nutren nuestro tiempo y con él, las noches más memorables.